NAZARENO
Pasando va el desterrado con la cruz a cuestas como paria
arrastrando sus
alados pies contra la tierra sucia
caminando como azarado entre la multitud
penitenciario de las penas todas
una pena misma era su cuerpo entero
una historia de cruz que no sometió al afligido
entre gritos
jubilosos los romanos
entre estertores de
agonía lo fundieron a una cruz
sádicos en sus instintos lo clavaron al madero
bárbaros en sus costumbres
crueles y ambiciosos hombres
felonías de religiosidades vanas te condenaron
el doliente amado ha
desvanecido entre su sangre
se enflaquecieron sus
huesos de dolor
y sus carnes brotaron
como llaga
como llaga ardiendo entre las manos
llagado estabas , hundido en tu alma abierta
traspasado todo tu cuerpo
y oprimido hasta el fondo todo tu ser
tus mismas llagas se
llagaron aun mas
como un guiñapo te dejaron
como un guiñapo…
Y aún así; los
verdugos no se saciaron
de sus felonías
sórdidas no cayeron en vergüenza
tu misma herida te
descalabró en pleno pecho
en tu pecho henchido de amor, se derramaron las mieles
el dolor que manaba de tu enfebrecido cuerpo se trasforma
y tus destrozadas
venas cubrieron de mana la vida
¡oh! mi señor estaba
escrito que tu mi Dios dieras la vida
dieras la vida mi señor para fundarla
donaras el árbol de donde ella fecunda se establece
pero aun mas señor; todo tu dolor se acrecienta
cuando mi amado
invicto pasa
cuando aún hoy, sigues pasando sin que muchos logren verte
cuando aún hoy mi bien amado, te destierran y te hacen aun lado
¡Oh mi señor! es esta
la doliente hora de todas las horas
de todos los instantes de agonía
en que los oscuros quisieron asesinarte
aun hoy el amado pasa
sin que lo vean los
que no ven...
Pero invicto eres tú mi señor
Beatriz Elena reservados © Derechos todos.