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domingo, 23 de septiembre de 2012

SENTIMIENTO






Miguel Arcángel

Guerrero de alas blancas, guerrero de rayo de azul en ti deposito mi confianza, y mis sueños guardo;   guerrero de rayo  azul, en ti confió mis días, mis noches y mis días, guerrero de rayo azul… La mano derecha del alto poder




Miguel Arcángel

Guerrero de alas blancas, guerrero de rayo de azul en ti deposito mi confianza, y mis sueños guardo;   guerrero de rayo  azul, en ti confió mis días, mis noches y mis días, guerrero de rayo azul… La mano derecha del alto poder


                                                        Sentimiento

Y pese al riesgo que se corre escribiendo sobre estos asuntos, que incluso no son solo asuntos sino experiencias de vida, reales y ciertas que he tenido  en mi largo caminar, creo y considero que es menester contarlas y compartirlas incluso con la poca acogida que puedan tener; más no me importa siempre habrá un lector atento a escuchar el llamado de este compartir, de este mensaje de la palabra.
Y sí,  he tenido muchas instancias, momentos difíciles, instantes reveladores, experiencias intimas con Dios y sus allegados más queridos. Y es en aquellos momentos trasegados, vividos hasta la tangible médula de mi ser que he sentido al alma entrar en un gozo perpetuo, así sean de duración mínima, en ellos se concentra la esencia de lo que es, y es por eso que decimos la palabra perpetuo. Allí uno o una como quieran decir, se entra en una sinfonía celestial, en la que se siente vibrar, porque se siente en verdad algo muy hondo y ancho expandirse desde el centro mismo del pecho. Es un sentimiento que aparte de expandirse hecha a volar en plenitud de sentirse una con él. Saben eso es algo, que cuando he tenido contacto con Dios surge de el centro de mi corazón, es allí en donde he experimentado algo muy grande. No importa si los científicos dicen que allí, no se ubican los sentimientos yo lo he sentido, yo lo he vivido. ¡Que es una Experiencia Subjetiva!  ¡Qué importa! ¿Acaso las experiencias acerca de lo subjetivo no crean a su vez lo objetivo? Como quiera que sea, aquí en ese lugar central, desde adentro muy adentro y sin medir palabra alguna el  alma no solo siente, sino que ve y conoce otra realidad del ser, sin desconocer lo que sucede a su alrededor.  El alma vibra, al unisonó, en el más íntimo canto de amor con él y por él.

Aunque muchos piensan que el enemigo mortal de Dios y de los hombres es una mentira o un mito ese enemigo existe,  es real y por lo tanto cuando ese sentimiento de unión con Dios es tan fuerte, me refiero al sentimiento que nos alza y nos eleva hacia esas alturas máximas. Este mismo sentir del alma se convierte en una fuerza protectora contra todo asedio que venga de esa entidad; se requiere la invocación, y por sobre todas las cosas que el alma se resista con todas sus entrañas a esa entidad  maligna; es decir que le niegue a ese ser la posibilidad de opacar la luz el brillo, la fuerza, la presencia de Dios en nosotros, para ello es necesario   el estar siempre predispuesto para el señor. Esta lucha se gana también desde la parte racional y desde el propio laberinto del inconsciente, que viene a ser también nuestro recinto sagrado y secreto. Es desde  allí mismo en donde esas vestiduras, esos vestidos que Jesús el Cristo nos prometió; ¿lo recuerdan? “Al que venciere yo le daré a vestir vestiduras blancas”  resplandecen  para cubrirnos y significa entre otras cosas la permanencia en la presencia y el dar a luz al hijo, para llegar, para poder estar junto al padre. Corazón (Sentimiento), conciencia, el anhelo consciente, camellado, trabajado  desde las mismas profundidades de nuestra conciencia,  el anhelar siempre estar con él  ¡Quién como Dios! Nadie, como él nadie.  



Beatriz Elena Morales Estrada
Tercera parte de Silencio De Alas
Derecho de autor Registrado  y reseñado…

Continuara…
  

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Ave Maria Rafael


PalMaDa


                                                





                                                                   La palmada

La semana anterior me sucedió algo muy curioso, me acosté cansadísima y muy tarde intenté rezar el rosario de la santa misericordia y solo recé un credo, Me persigné y me acosté. ¿Cuánto hace que yo no rezaba este rosario? Llevaba meses después de lo ocurrido con un sobrino que por fortuna se salvo. Durante ese acontecimiento ore una y otra vez por este, pero luego me sentí tan agotada que no volví a hacerlo, tenia algo adentro que cada vez que lo iba a hacer en realidad  no podía.  Pero siempre he mantenido a Dios en la mente. Bueno el caso es que muy entrada la noche, quizás era las dos o las tres de la mañana no se.  No lo sé.
Me hallaba profunda cuando sentí tremenda palmada en las espaldas, por supuesto no me dolió, pero sentí que el corazón se me “desprendía” del pecho, literalmente como lo digo  y bien despierta, ya en ese instante escuché  una voz de mujer diciendo, el rosario de la misericordia ¿Pueden creerlo?  ¡que sacudida tenaz! Pero así fue. Así sucedió. Y mi corazón ahora volvió a cambiar.
                                             
                                        Beatriz Elena Morales Estrada



MaRiA


                                                       Imagen tomada de la web

María

Cuando era una niña siempre sentí una especial devoción y afecto por la santísima virgen María; recuerdo que siempre venere su imagen y solía llevarle rosas rojas. Lo hacia en los templos o cuando bajaba de medina hacia el pueblo en donde vivía, para ir  a  estudiar a la escuela. Eran largas caminatas por la carretera.  Desde mi más tierna infancia de la que vagos recuerdos me llegan a la memoria. Hay algo que se me viene al pensamiento; es un recuerdo de mi  cuna. Aquellos ángeles, yo los veía y veía a mi  ángel guardián  sonriéndome y  ella siempre a mi lado, una figura protectora. Lo que veía no  eran láminas de papel, eran figuras reales y por cierto angelicales tal cual, de túnicas y alas blancas. Luego paso el tiempo y esas figuras quedaron subyugadas por los aconteceres de mi vida. Hasta que a los siete años o un poco más me sucedió algo que marco mi vida para siempre y de un modo positivo. En ese entonces mis padres se habían separado y yo vivía con mi papa y su otra mujer. Sucedió una noche cualquiera, fue algo en apariencia tan simple y cotidiana, como el cantar de unos pajarillos, en una madrugada, era una visión, la vi en el sueño, lo recuerdo muy bien, las calles por donde vivíamos allí en Río sucio  eran faldudas, aquella calle lo era en especial. Bajaba yo por esa cuesta cuando sentí y vi, la vi subiendo, pasaba por mi lado,  vestida de negro, tapada de la cabeza a los pies, cubierta con su manto que además tenia pintadas  estrellitas, cabizbaja iba pasando a mi lado, no me miro, pero no bien  hube avanzado un paso, cuando de inmediato la reconocí, sin ver aún su rostro, entonces la llame, porque ella iba a pasar de largo y sin mirarme ¡María! Exclame conmovida, entonces se detuvo y volvió su cara  hacia mi y la  tenía llena  de lagrimas; de inmediato y sin mediar palabra alguna, señalo con su mano hacia el cielo, me indujo a que mirara también y vi claramente escrito en latín varias palabras,  pero solo me quedó clara  una en la memoria; Cristo Jesús,  Jesús el Cristo. Hoy lo se, era la virgen de los dolores, divina mensajera de los cielos cuyo mensaje era claro. Tiempo después tuve una visión, me había visto a mi misma ante la presencia majestuosa de la santísima trinidad; mi esencia era la misma, era yo,  pero bajo otro aspecto muy distinto como si estuviese compareciendo ante Dios. Yo vi y vi al padre que estaba sentado al lado de Jesús, igual al padre pero más  joven. Y levantaron sus manos y me enviaron aquí a este lugar, la tierra por supuesto. Era yo una niña de diez a once años cuando tuve esas visiones, esas vivencias tan personales, tan mías.
Hoy me pregunto ¿Qué habría sido de mí, si  en aquella ocasión por descuido hubiese dejado marchar a María? ¿Si no la hubiese reconocido? Desde entonces la he sentido como mi amiga, lo era incluso antes de aquella vez. Lo que yo no sabia y hoy comprendo muy bien era que ella, era la viva manifestación de Dios, la plenitud del espirito santo, la presencia viva del Cristo, siendo además su mensajera y su fiel servidora.
En aquel acontecer silencioso del alma y como un preludio de un único acontecimiento gozoso, María se nos muestra, se nos presenta ante los ojos velados y es ella misma reveladora del designio trazado, Jesús como el único camino para alcanzar los eternos preludios; camino por el cual se llega al padre, pero es un camino largo, muy largo dentro de lo cual todos y cada uno de nosotros debemos devenir en el hijo, para poder ser… ser uno con él y comparar ante su presencia. Pero hemos de tener en cuenta que esos gozos del alma están signados por las lágrimas profundas de María. Lagrimas que de un modo general y particular se nos muestran como un devenir demarcado y en mi caso particular de las terribles vivencias que tenia que pasar  como una prueba del alma, antes de llegar a cualquier acontecimiento final.  Era un modo de robustecer nuestro espíritu en las cosas consagradas y no consagradas, una manera de templar el alma. Para así poder comprender. Yo por ejemplo he tenido que vivenciar terribles luchas espirituales, quizás a eso era lo que se refería ella en su mostrar, mostrarme. Hemos de tener en cuenta también que María se presenta como benefactora y  como evangelizadora, dando cuenta del hijo ; siendo además una presencia guía en nuestro andar y en nuestro  caminar en la búsqueda de la verdad, siendo esa verdad Dios y Jesús nuestro salvador y redentor.
En muchas ocasiones María ha hecho su aparición en mí, en los momentos en que mi alma ha estado en grave peligro; surge de entre la noche e inmediatamente se manifiesta como un rayo, al que inmediatamente precede la luz. Es decir que María siendo la luz  que cobija  y arropa al alma  nos introduce por la puerta y nos lleva de la mano hacia la plenitud tanto del padre como del hijo. Es en aquellos instantes cuando se siente, que se ha abierto una puerta del cielo. Ella llega y el mal desaparece.

Beatriz Elena Morales Estrada
Silencio De Alas tercera parte
Registrado y reseñado 

sábado, 8 de septiembre de 2012

ÊL




                      El

De sus anhelados brazos
Ardorosas fuentes  brotan
Como torrentes son sus  labios de juego
Y de su boca  siempre  viva  respiran
En entrecortados suspiros el alma siempre anhela
Pudorosa se entrega completa en éxtasis  fragantes
Como flores en los montes elevados vientos discurren
La zarza ardiendo como  desiertos
Mantienesè  el fuego encendido
Y tras un viento, vientecillo irrumpe él
Se cruzan las palabras su boca es provocadora, e invicta
Hay cruces de caminos en anidados de pájaros 
Susurran las aguas, más no son quimeras
Se encienden las fogatas, se izan las banderas
Sobrevienen espantos para los que no le creen
Alcense las manos y sean fecundadas
Bendiciones derrama para el que tiene fe 
Alcense   los pies, y elévense las alas
Sin dentadura quedan los odiosos
 Los mancilladores de su palabra
Los postizos infecundos
Ríos sobrevienen y aguas son fecundadas
En sus regazos reposan aquellos que lo encontraron
Y pisaron los leoncillos de víboras…
             
                  Beatriz Elena Morales Estrada
Tercera  parte de Mi obrita Silencio de Alas
Esta obrita esta registrada en la unidad administrativa de derecho de autor