Ninguna alma...
Ninguna alma; ninguna, debería perderse de ver, de sentir la omnipotente
gloria de Dios, en todo su esplendor y su magnificencia; pero la mente humana,
difícilmente puede llegar a abarcar tal magnitud. Es demasiado inmensa, esa
grandeza; no obstante, algunas almas, logran vivenciar un poco, esa
plenipotenciaria dicha; eso es algo, que dentro del pecho surge y se
manifiesta, se siente, dado que es puro sentimiento; de manera tal, que el
corazón regocija adentro de dicha y de gozo indescriptible; aquí se puede
concluir que no es cualquier gozo, y mucho menos, ese que proporcionan las
criaturas humanas.
Es este un gozo mayor y tan grande e inmenso que nos llena y nos dona, la
magnánima presencia de Dios… Los pobres pecadores, en su ignorancia desprecian
lo de Dios y no se alcanzan a imaginar de Dios y de su fuente bondadosa; la
supremacía que nos alza y levanta a un cúmulo de emociones, de dicha, que solo
el alma, que lo ama y lo adora, sabe en su esencia sentir. Toda alma debería
ser partícipe de ese acontecimiento tan inigualable, tan único…
¡Son tan pobres aquellas almas que lo desconocen! Por eso:
Orad en todo momento por esas almas que en su ignorancia espiritual;
desconocen la magnificencia divina y la expresión tan única, que dice: ¿Quién
como Dios? A Él pues, la Gloria, el honor, la honra y el poder por siempre y
por toda la eternidad.
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Frases para meditar, en la meditación profunda e interior
Revestíos con la coraza del espíritu santo, y tened por “armadura” la
sangre de cristo, como un escudo de la verdad y de la fe.
Poneos la armadura de cristo y arropad vuestros cuerpos con la túnica de la
verdad, que es la palabra de Dios…
Si Jesucristo viviera hoy ; os aseguro, que os daría ejemplo con el trabajo
honesto y os diría nuevamente; que no os preocupéis por el mundo externo; sino
más bien por cultivar vuestro mundo interior; dado que el mundo de las
apariencias es engañoso y devastador y ni el oro, n i la riqueza , ni la fama
,pueden llenar el vacío, que de Dios, tienen las almas, por cuanto no se han
entregado a Él; sino a lo del mundo, quitándole sentido a sus vidas…
Beme
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