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martes, 15 de junio de 2021

¿Injusto?

 


¿Injusto?

 

Acaso  ignoras; que  entregó su vida por nosotros.  

¿Quién?  Él.

 

 Tú ignoras que en el hijo,  está el padre y en el padre está el hijo; y dado,  que dices,  que el padre es injusto,  por enviar a   su hijo a esa cruz.  A un destino tan cruel, pregunto.  

¿Acaso no sabes que en el mundo existe demasiada oscuridad?

 Mucha falta  de la celeste luz  ¡Ha!  Y  por cierto,  esa luz, es  el mismo Jesús.

   Y es precisamente esa oscuridad del  mundo;   la que ha acarreado tanta injusticia, tanto daño; pero Dios  sabia;  quien estaba y está detrás de esa oscuridad, que  ha llevado a la humanidad a un declive y esto ha sido desde siempre.

 Desde siempre,  se ha atentado contra la vida y de diferentes maneras,  modos o formas, la injusticia y la iniquidad,   han reinado por doquier y si además de todo,  nosotros que somos criaturas miserables,  tenemos tantos enemigos que nos odian,  porque sí; sin motivo y sin razón  o aduciendo razones,   llevadas de su falso parecer

¿Cuánto más Dios por ser Dios?

¿O qué  pues diremos nosotros qué   hemos sido testigos de grandes  prodigios  y que por la fe permanecemos en él; que Él  es un mito o solo una simple  fantasía?   

Es así  como  piensan aquellos letrados de la razón y  del solo palpamiento de los sentidos; es decir,  de aquello que está delante de sus  ojos y  de su nariz. 

Mas nosotros,  que hemos vivido cosas  innombrables capturadas incluso,  por medio de la razón,  no debemos dudar ni un solo segundo; al contrario.

Pero aunque no hubiéramos vivido nada de esas cosas,  por el solo hecho de ver el prodigio de la vida,  de  la creación  y  de saber mirar  que es lo que está detrás, o mejor quien es el que está al  fondo de ese proceso evolutivo de la vida y de la especie como tal.

Pero además,  si quisiéremos mirar dentro de nuestro pecho, de nuestro corazón,  sabríamos toda la verdad de ese maravilloso ser,  que es Dios. También las distintas disciplinas de las ciencias;  podrían,  si quisieran,  dar testimonio de su existencia. 

 En verdad dice Él,  que hay  muchos engañadores de todas las áreas del pensamiento y   en todos los ámbitos sociales; más los hay,  que se dejan llevar y dudan;  habiendo puesto Dios en sus corazones  el conocimiento de su existencia y lo  niegan.

Pero en ese conocimiento interior,  en donde se halla la presencia del espíritu santo; del espíritu  de Dios,  que ha dado vida a todo esto;   es precisamente,  en donde se da el accionar de cristo y el verdadero conocimiento, como también la fuerza,  que mueve a la verdadera cristiandad ,  en un ascendente movimiento de encuentro,  con el ser de cristo.

El verdadero cristiano ansia y anhela esa  unión,  con el padre para adorarlo   y adorarlo  en espíritu y en verdad.  Es, en el latir de nuestro corazón,  en donde hallaremos también,  esa magnífica presencia. Tesoro   del alma.  

Beatriz Elena Morales Elena © Copyright

 

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