Miguel Arcángel
Guerrero de alas blancas, guerrero de rayo de azul en ti deposito mi confianza, y mis sueños guardo; guerrero de rayo azul, en ti confió mis días, mis noches y mis días, guerrero de rayo azul… La mano derecha del alto poder
Miguel Arcángel
Guerrero
de alas blancas, guerrero de rayo de azul en ti deposito mi confianza, y mis
sueños guardo; guerrero de rayo azul, en ti confió mis días,
mis noches y mis días, guerrero de rayo azul… La mano derecha del alto poder
Sentimiento
Y pese al
riesgo que se corre escribiendo sobre estos asuntos, que incluso no son solo
asuntos sino experiencias de vida, reales y ciertas que he tenido en mi
largo caminar, creo y considero que es menester contarlas y compartirlas incluso
con la poca acogida que puedan tener; más no me importa siempre habrá un lector
atento a escuchar el llamado de este compartir, de este mensaje de la palabra.
Y sí,
he tenido muchas instancias, momentos difíciles, instantes reveladores,
experiencias intimas con Dios y sus allegados más queridos. Y es en aquellos
momentos trasegados, vividos hasta la tangible médula de mi ser que he sentido
al alma entrar en un gozo perpetuo, así sean de duración mínima, en ellos se
concentra la esencia de lo que es, y es por eso que decimos la palabra
perpetuo. Allí uno o una como quieran decir, se entra en una sinfonía
celestial, en la que se siente vibrar, porque se siente en verdad algo muy
hondo y ancho expandirse desde el centro mismo del pecho. Es un sentimiento que
aparte de expandirse hecha a volar en plenitud de sentirse una con él. Saben
eso es algo, que cuando he tenido contacto con Dios surge de el centro de mi
corazón, es allí en donde he experimentado algo muy grande. No importa si los
científicos dicen que allí, no se ubican los sentimientos yo lo he sentido, yo
lo he vivido. ¡Que es una Experiencia Subjetiva! ¡Qué importa! ¿Acaso las
experiencias acerca de lo subjetivo no crean a su vez lo objetivo? Como quiera
que sea, aquí en ese lugar central, desde adentro muy adentro y sin medir
palabra alguna el alma no solo siente, sino que ve y conoce otra realidad
del ser, sin desconocer lo que sucede a su alrededor. El alma vibra, al
unisonó, en el más íntimo canto de amor con él y por él.
Aunque muchos piensan que el enemigo mortal de Dios y de los
hombres es una mentira o un mito ese enemigo existe, es real y por lo
tanto cuando ese sentimiento de unión con Dios es tan fuerte, me refiero al
sentimiento que nos alza y nos eleva hacia esas alturas máximas. Este mismo
sentir del alma se convierte en una fuerza protectora contra todo asedio que
venga de esa entidad; se requiere la invocación, y por sobre todas las cosas
que el alma se resista con todas sus entrañas a esa entidad maligna; es
decir que le niegue a ese ser la posibilidad de opacar la luz el brillo, la
fuerza, la presencia de Dios en nosotros, para ello es necesario el
estar siempre predispuesto para el señor. Esta lucha se gana también desde la
parte racional y desde el propio laberinto del inconsciente, que viene a ser
también nuestro recinto sagrado y secreto. Es desde allí mismo en donde
esas vestiduras, esos vestidos que Jesús el Cristo nos prometió; ¿lo recuerdan?
“Al que venciere yo le daré a vestir vestiduras blancas” resplandecen
para cubrirnos y significa entre otras cosas la permanencia en la presencia y
el dar a luz al hijo, para llegar, para poder estar junto al padre. Corazón
(Sentimiento), conciencia, el anhelo consciente, camellado, trabajado
desde las mismas profundidades de nuestra conciencia, el anhelar
siempre estar con él ¡Quién como Dios! Nadie, como él nadie.
Beatriz Elena Morales
Estrada
Tercera parte de
Silencio De Alas
Derecho de autor Registrado y reseñado…
Continuara…