EL JINETE
Yo
soñé viendo un guerrero formidable, que cabalgaba sobre un caballo, cuyas ancas
poderosas, resplandecían con destellos de luz.
INVITACIÓN
Abriose para mí
blanda, porosa, negra y absorbió mi mano y ya luego mi brazo; ¡desperté y zúas!,
le di un manotazo.
ENSOÑACIÓN
Cerré los ojos y vi su mano y estaba
hecha de fuego
La ventana se desplazó y estaba llena
de luz; por fortuna yo estaba ahí. La imagen se corrió y al hacerlo mi mente se
llenó de ella.
Levanto mi mano y trazo una línea
imaginaria, entonces la ventana se abre, es grande, tan grande y me da una
perspectiva infinita…
Los Discípulos
Un día Elena había orado con mucha intensidad, ella no esperaba nada,
sólo había orado.
Los días, las noches se trascurrieron en el río de las cosas.
Una noche irrumpió una voz en el silencio de su habitación y le habló de
esta manera:
"Estoy encarcelado junto con todos mis discípulos, mís bienes fueron
confiscados, perdónenme, no puedo hacer nada, nada más que pedir y orar por
ustedes...
Os ruego me perdonen"
Para Elena aquellas palabras significaban todo un enigma.
Aun no comprendía que esa voz suplicante le estaba haciendo un llamado,
porque en la intelección de la noche, él quería que ella supiese que había
escuchado su oración.
La voz era la clara evidencia de la luz.
No obstante, Elena discernía sin comprender; además se preguntaba ¿pero,
¿Por qué él pedía perdón?
"Perdónenme les ruego me
perdonen".
La voz en verdad no suplicaba, sólo demandaba...
_Mis bienes fueron confiscados. _ La voz que escuchó o escuchaba no era
la de ella, pero estaba dirigida hacia ella, ademas la voz hablaba como si ella
fuera muchos.
Aquel llamado que Elena había escuchado, era empero un encuentro que al
sucederse en un lugar del tiempo y del espacio junto a su corazón, abría las
puertas de la noche a la postulación máxima del discípulo que ya había
encontrado a su maestro.
A partir de aquel momento la liberación paulatina de los bienes del
maestro empezaba a gestarse en el corazón de Elena.
¿Pero por qué?, se preguntaba, ¿Por qué él decía? ¡Os ruego me perdonen!
Cuento extraído de mi librito:
Voces de la noche
Publicado por Poetisa y escritora
Colombiana; Beatriz Elena Morales Estrada
en Editorial lealon, Colombia Medellín Antioquia. Este libro esta registrado en la unidad
administrativa de derecho de autor
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