Hay sueños que son tan reales, tan reales, que nos es imposible de olvidar
Recuerdo había un silencio total, solo se escuchaba el sonido de una puerta metálica. Mire y vi, que me hallaba dentro de un lugar en penumbra. No obstante veía con nitidez todo; hoy al pensar en ello, creo que quizás me hallaba dentro de una caja fuerte, así es el mundo subterráneo a veces. Si y hay estaba yo y vi, vi un estanque en donde nadaban peces dorados y el agua era limpia. Pero tal vez no era un estanque, no, sino algo alargado; mejor dicho, era algo indescifrable, que contenía las aguas en donde los peces nadaban muy a gusto. En la esquina principal se hallaba una visión o una presencia, era Jesús y entonces por ese ángulo me zambullí y me metí en el agua junto a los peces.
Sentí al agua envolverme, estaba fría, pero me sentí muy bien, aunque al salir estaba muy empapada. Me puse de pie, observè al otro lado y vi algo así, como una ventana y estaba allí, tan solo para que yo mirara y me asomè y afuera todo estaba lleno de colores; pero también había mucha oscuridad.
Entonces cerré la ventana y me desperté.
Beatriz Elena Morales Estrada
Extraìdo de mi obrita Silencio De Alas; todos los derechos registrados
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