JESUS
La casa de Bernardina
Yo
recuerdo también una ocasión, hace ya algunos años; bien sea por las oraciones
de los justos, yo no sé; pero en uno de esos ataques tremendos, tuve una
visión, justo a la entrada de la casa de Bernardina el paisaje se
trasformó y vi, vi cientos de personas, muchas, muchísimas todas
vestidas de blanco y mirando hacia el cielo y cantando alabanzas, eso fue algo
muy satisfactorio para mi pero más que satisfactorio… Es que no se como explicarlo... Miren cuando
he escuchado cantos de alabanza a Dios y eso me ha sucedido mucho en el
pasado y casi siempre durante esos ataque diabólicos, eso es algo que es como si saliera de adentro o sea, yo vi esas personas todas con vestiduras blancas
mirando al cielo y entonando cantos pero
al mismo tiempo es como si emanara de lo
mas profundo de mi ser y les aseguro que por más angelical que sea la voz de un persona que cante; eso no se iguala, no tiene igual porque son a
su vez vibraciones del alma…
Sí ¡Ay! Es un gozo
un gozar perpetuo, aunque dura muy poco
a mi me parece por lo que externamente algo sucede para que el alma salga de semejante
contemplación, ¡Quien como Dios!
No tengo palabras, pero si
los he escuchado como también he escuchado
coros angelicales y yo misma me he visto, sentido, escuchado cantando.
En el mundo de la materia soy muy destemplada, pero en el mundo del espirito eso, eso es muy hermosoooo, completamente vivencial y
se sincronizan tanto esas otras voces con la de uno… Hay miren estas vivencias me las ha regalado el señor para que las cuente y muchos se
conviertan créanme yo no me invente estas
cosas son verdad y eso no quiere decir que yo sea un ser perfecto, para nada, para nada incluso no he sido muy rezandera
que digamos, pero lo que si ha
permanecido en mi siempre, siempre, ha
sido la adoración y la contemplación a
Dios con todo lo que tengo dentro de mi,
pero además, más que huesos y carne… ¡Ay! es tan difícil de
explicar es el alma amando, el
alma en adoración perpetua a un Dios
que se lo merece todo, todo porque es
suma bondad.
Y también un día, una noche, en esas soledades
mías, vivía solo acompañada por mis dos gatitas y mi fiel perro.
Y nadie sabia de mis padecimientos, esto apenas ahora lo estoy dando a
conocer. Sentí yo, estando volteada para el rincón así junto
a la pared que el señor llegó y yo estaba profundamente dormida y él insistía
en despertarme para que le permitiera pasar al otro lado y al a otro lado
estaba un lavadero en donde se veía correr agua limpia de una llave abierta mas
yo no le permitía pasar porque no me quería despertar, pero él
insistía y estaba acompañado de dos hombres a cada uno
de sus lados, y sus vestiduras eran blancas y él me tocaba el costado
insistiendo, y recuerdo que le dije; ¡ay! Este señor si
molesta…. Lo recuerdo muy bien. Sí. En otra ocasión no lo vi,
ni lo sentí sino que soñé con él, aunque también era una de sus
manifestaciones; estaba sentado en un acera muy pensativo vestido con su
túnica blanca y una frazada roja encima, atravesada en forma de manto
mirando a unos chiquillos jugar.
Y en otra ocasión muy
enfadado se me presento en visiones, lo vi diciéndome que dijera al mundo que
no era él quien tenía que hacerse a imagen y semejanza
nuestra sino nosotros hacernos a imagen y semejanza de él. Esto
supongo, esta referido a esas personas o instituciones que acomodan las cosas a
su modo o manera y no a la de Dios. ¿Olvidaron que siendo Dios el Dios del
universo entero y dueño de todo fue un hombre humilde?
Y también un día, una noche, en esas soledades mías, vivía solo acompañada por mis dos gatitas y mi fiel perro. Y nadie sabia de mis padecimientos, esto apenas ahora lo estoy dando a conocer. Sentí yo, estando volteada para el rincón así junto a la pared que el señor llegó y yo estaba profundamente dormida y él insistía en despertarme para que le permitiera pasar al otro lado y al a otro lado estaba un lavadero en donde se veía correr agua limpia de una llave abierta mas yo no le permitía pasar porque no me quería despertar, pero él insistía y estaba acompañado de dos hombres a cada uno de sus lados, y sus vestiduras eran blancas y él me tocaba el costado insistiendo, y recuerdo que le dije; ¡ay! Este señor si molesta…. Lo recuerdo muy bien. Sí. En otra ocasión no lo vi, ni lo sentí sino que soñé con él, aunque también era una de sus manifestaciones; estaba sentado en un acera muy pensativo vestido con su túnica blanca y una frazada roja encima, atravesada en forma de manto mirando a unos chiquillos jugar.
Como lo cuento asi sucediò.
Beatriz
Elena Morales Estrada
Registrada
y reseñada en la unidad administrativa de mi país
Colombia © Copyright
No hay comentarios:
Publicar un comentario