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miércoles, 21 de septiembre de 2016

LA CASA DE BERNARDINA RESTREPO




 JESÚS 


La casa de Bernardina   
           
  Yo recuerdo,  también una ocasión, hace ya algunos años; 2004 , 2005 ; bien sea,  por las oraciones de los justos, yo no sé; pero en uno,  de esos ataques tremendos, tuve una visión,  justo a la entrada de la casa de Bernardina;  el paisaje se trasformó  y vi, vi cientos de personas,  muchas, muchísimas,  todas vestidas de blanco y mirando hacia el cielo y cantando alabanzas, eso fue algo muy satisfactorio para mí,  pero más que satisfactorio…  
Es que no sé cómo explicarlo...
Miren,  cuando he escuchado,  cantos de alabanza a Dios y eso,  me ha sucedido mucho en el pasado  y casi siempre,  durante esos ataque diabólicos,  eso es algo,  que es como si,  saliera de  adentro o sea,  yo vi,  a esas personas,  todas,  con vestiduras blancas,   mirando al cielo y entonando cantos;  pero al mismo tiempo,  es como,  si emanara  de lo más  profundo,   de mi ser y les aseguro , que por más angelical  que sea la voz,  de una  persona que cante;  eso,  no se iguala, no tiene igual,  porque son a su vez,  vibraciones del alma…
 Sí ¡Ay! 
Es   un gozo,  un gozar  perpetuo, aunque dura muy poco;  a mí me parece,  por lo que externamente, algo sucede,  para que el alma,  salga de semejante contemplación, 
¡Quien como Dios!
No tengo palabras, pero si los he escuchado,  como también he escuchado,   coros angelicales y yo misma,  me he visto, sentido, escuchado  cantando.
  En el mundo de la materia soy muy destemplada,  pero en el mundo del espíritu;    eso, eso  es muy hermosoooo, completamente vivencial y se sincronizan tanto,  esas  otras voces con la de uno… 
 ¡ Hay miren! Estas vivencias,  me las ha regalado el señor,  para que las cuente  y muchos se conviertan;  créanme,  yo no,  me invente , estas cosas,  son verdad  y eso no quiere,   decir que yo,  sea un ser perfecto,  para nada, para nada;  incluso,  no he sido muy rezandera,   que digamos, pero lo que sí,  ha permanecido en mí,  siempre, siempre,  ha sido la adoración y la contemplación  a Dios con todo,  lo que tengo dentro de mí,  pero además,  más que huesos y carne…
 ¡Ay! es tan difícil de explicar;es el  alma amando, el  alma  en adoración perpetua,  a un Dios que se lo merece todo,  todo,  porque es suma bondad. 
Y  también un día, una noche,  en esas soledades mías,  vivía  solo,   acompañada por mis dos gatitas y mi fiel perro.
 Y nadie sabía de mis padecimientos, esto apenas,  ahora lo estoy dando a  conocer.  Sentí yo,  estando,  volteada para el rincón, así junto a la pared,  que el señor llegó y yo estaba profundamente dormida y él insistía en despertarme,  para que le permitiera pasar,  al otro lado y al a otro lado,  estaba un lavadero,  en donde se veía,  correr agua limpia,  de una llave abierta,  más yo,  no le permitía pasar,  porque no me quería despertar,  pero él  insistía y estaba acompañado,   de dos hombres , en  cada uno de sus lados,  y sus vestiduras, eran blancas y él,   me tocaba el costado insistiendo,  y recuerdo, que le dije; ¡ay!   Este señor si molesta…
 Lo recuerdo muy bien. Sí.   En otra ocasión,  no lo vi,  ni lo sentí,  sino que soñé con él,  aunque también,  era una de sus manifestaciones;  estaba sentado,  en un acera muy pensativo vestido con su túnica blanca  y una frazada roja encima,  atravesada,  en forma de manto,   mirando  a unos chiquillos jugar.
 Y  en otra ocasión,  muy enfadado,  se me presento en visiones, lo vi,  diciéndome,  que dijera al mundo,  que no era  él,  quien  tenía que hacerse  a imagen y semejanza nuestra;  sino nosotros  hacernos a imagen y semejanza de él.  Esto supongo,  está referido a esas personas o instituciones que acomodan,  las cosas a su modo o manera y no a la de Dios.
 ¿Olvidaron que siendo Dios el Dios del universo entero y dueño de todo fue un hombre humilde?
También se,  que muchos , me despreciaran por esto,  que cuento. Sin embargo eso es real. 


  Beatriz Elena Morales Estrada ©

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