ALTAS SOLEDADES

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   Altas Soledades 

 Alguna vez sentí la soledad del otro

Si,  como acurrucada en un ala de mi alma

Y fue tan triste lo que sentí…

Si,  que en su gemir mi gemir moría

Y moría de dolor mi alma al escuchar sus gritos

Sus gritos  y sus voces que  llamaban

Y yo impotente, impotente siempre  solo recordaba     

Que por ellos y por mi nada hacer podía

¿A que acogerse entonces?       

¿Cuando el grito de los afligidos llama?

A Dios niña querida, a Dios, en su gemir pensaba el alma

Y acordándome también del discípulo que preguntaba

Y en su aflicción el maestro lo miraba

Y a su vez  Él,   le decía  a su discípulo

Nada puedo hacer por vosotros más que orar

Para que al orar  vuestras cadenas rueden

Y para que al rodar se zafen

Y en ese zafarse vuestro anhelo crezca

Y  se fecunde de amor en su amor el alma

Y es que Dios te mira niña desde lo alto

Y en lo alto pleno esta tú alma

Y si él te mira,  él te zafa niña

O hace que se suelten tus grilletes

¡Pero hay!

¡Mira niña en tu gemir más hondo!

Que aunque mil veces él soltara tus cadenas

Tu mismita volverías a  amarrar con griLletes

¡Pero hay!

¡Mira niña en tu gemir más hondo!

Que aunque mil veces él soltara tus cadenas

Tu mismita volverías a  amarrar con grillos tus alitas

¡Ay! Del gemir de aquellos que a ti claman

 Y  que a ti  clamamos

Haz señor  que al liberarme

Ya nunca  más desee yo volver a encadenarme

Dame señor la fuerza de tu espíritu

Y no permitas Señor que nadie me encadene

¿Y entonces?

Y entonces mis alitas estarán junto a ti señor

Y una vez más, mirara el señor

Y mirara  el señor en su oración

Y mirara a aquel discípulo que preguntaba

Y a este, el señor le respondía

Perdónenme; estoy encarcelado  

Solo puedo orar y pedir por ustedes

Perdónenme, estoy encarcelado

Encarcelado y todos mis bienes han sido confiscados

Encarcelado junto con todos mis discípulos

No puedo hacer nada más…

Aunque estoy en ti, si no me dejas hacer

Yo nada puedo hacer…

Si,  nada más  que orar y pedir por ustedes

Y mientras tanto, yo seguiré pidiendo

Si,  pidiendo en mi oración que me libere.

Beatriz Elena Morales Estrada

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MUJER QUE DEJAS LA HUELLA QUE MARCA VIDAS

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 Eillen 

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