JESÚS UN ENAMORADO DE LAS ALMAS
Jesús Muere en la cruz; de una manera terrible y brutal;
esa fue su grandísima
donación, su máxima entrega; su
amor para las almas;
no como una alegoría, sino como
una realidad tajante; su dolor físico y moral. Su sacrificio, su reparación, por una humanidad sumida en la ignorancia de las cosas sagradas, analfabeta espiritualmente ; llena de una fría
incredulidad, acerca de esa única realidad que es Dios . Muchos no lo comprenden y
piensan que Dios es malo, y que envió a su hijo a un sacrificio cruento; pero es porque, no han visto
el sentido, lo significativo,
lo enorme, de ese acto tan noble y sublime y encontramos
que en el mismo momento,
en que Jesús “muere” en la
cruz, inmediatamente el padre , se convierte en el hijo;
o nace en el hijo ; siendo el
hijo a su vez el padre Y NACIENDO A SU
VEZ DE ËL y siendo a su vez; la resurrección, el momento cumbre de dicha transición; porque el padre , nunca
dejó de ser el hijo y a su vez este, nunca dejo de ser el padre, dando a luz AL ESPÍRITU
QUE Surgió en ambos; pero que ya
estaba, desde antes de los tiempos. ¿Pero
porque Dios, Jesús se dejó matar?
Él era Dios y podía muy bien, no dejarse
tomar prisionero; la respuesta está en
ese grande amor que él tiene por las
almas; él sabía la oscuridad en
que la humanidad vive y que la única manera
de vencer esa tiniebla; era la
muerte en el árbol particular de la cruz, para la cual su sangre es el poderosísimo escudo
maculó, que nos da a nosotros el
triunfo sobre toda iniquidad; no obstante, debemos reparar
por las atrocidades, que se
cometen en el mundo; incluso ahora,
han pensado en construirse una nueva
torre de Babel; ¿Quiénes? Ellos, los soberbios de corazón, una parte de la
humanidad que quieren ser más que Dios y que cometen toda clase de injusticias.
¿En qué consiste la reparación? Esta, es como una tela rota, dañada, no por los efectos del tiempo; sino por
nuestra maldad , de toda índole;
entonces reparar de un modo consciente, es orar de rodillas, es entender que si lo
hacemos y nos postramos ante Dios y ofrecemos todo , así como el hijo lo hizo, para que muchas almas puedan ver la luz y el padre,
que está en los cielos, sienta
piedad de esta humanidad
atroz y se conviertan los que n o lo
aman y no creen en él… En fin, tu veraz;
pero el espíritu que
va de allá para acá,
y que sopla donde quiere, te lo
haga ver, en
algún momento.
Quizá su voz, te está exultando; diciéndote: lean los evangelios, porque solo así, entenderán lo que yo, les estoy diciendo. Lo que él, nos
está diciendo. Sí.
Beatriz Elena Morales Estrada © Copyright
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