lA TIERRA ALBERGA Y DA COBIJO Y ESO HA SIDO EL PLANETA, PARA EL HOMBRE...
Planeta
El planeta ósculo
sagrado, la tierra gira, gira, gira
sobre un ascendente agujero
Se mueve en su entorno,
abismo profundo abajo, abismo profundo arriba
Y aquí el árbol tiene la
misma gravitación celeste.
Y los cuerpos llevan
gravados trozos de agujeros negros.
Entre los mundos la
tierra se mueve. Y en los ojos, trozos
de horizontes danzan.
En la raíz y en la
corteza de los arboles jeroglíficos abundan
Es la historia dibujada.
Es el rostro de la nada. Todo y nada danza junto al orbe arboleda gigante.
Danzan en espiral los
mundos y todo avanza.
Ascendemos y descendemos
en espirales ocultas
En ocultas espirales
nuestros cuerpos asemejan
Y en nuestras dentaduras
se rompe nuestra risa.
Se rompen quizá nuestros dientes.
Nuestros dientes apretados
como muecas
Y la tierra es un
habitante más, que se pierde en los
espacios
Arriba tú, abajo yo, abajo tú arriba yo, así es.
Y entre calles y avenidas multitudes
avanzan. Avanzan y se vanaglorian los
unos y los otros se ufanan…Y los otros de afanes se cansan.
¿Más de qué
por dios? Pregunto yo.
Nauseabundas avenidas en estiércol, en callejas oscuras planetas y planetitas
Acurrucados como horizontalidades que vagan
todos o casi.
Arriba el
sol en el cenit como un rojo quemante.
Abajo la
soledad reinante, pequeñas sanguijuelas.
Poderosas opulencias entre andarines palacios lujos amontonados.
Palacios y palacetes. Cuerpecitos yertos, planetas ecológicos
hambreados, miles de hambre mueren.
¿Cómo no romperse las dentaduras en frente de un
acantilado?
Como no descalabrarse los planetas y planetitas. Si
la oscuridad merodea y se pasea por doquier.
Los unos más y los otros menos. Han devastado
ciudades y la tierra se resquebraja. Si
¿Entenderás si te digo que estar fuera de Él, ha sido lo peor de lo peor?
Es estar fuera del planeta grande y mayor. Por
eso te digo tu cuerpo es un jeroglífico.
Es un mapa universal de lo celeste. No verlo es estar más ciego
que el opulento.
Es estar más ciego que el acaparador de ciudades.
De ciudades y de tesoros
El planeta gira y des gira. Y tú aquí en tu elocuencia. ¡Total! Con ella y sin ella un engreído. Un prepotente de inconsciencias, de vanas efemérides.
El planeta hace un recorrido, un camino. El universo des traza lo trazado y Dios
recorre en lo inmenso y en lo esplendido. ¡Se pasea dueño y señor!
En
tu inconsciencia no le ves en los caminos. Tú ignoras el fuego sagrado e ígneo de su
creación.
Aunque lo
vieras, ciego seguirás aferrado a lo aparente. ¡Vana apariencia!
El ve los caminos y ve más que eso…
Orbes inmensos en sus ojos. Son sus ojos y los
destaja y los resarce si le place.
¡Vano eres tú! Sí.
En tu ignorancia.
¡Que no ves!
Planetas y planetitas, orbes abiertos
Planicies altísimas, más que montes elevados.
Beatriz
Elena Morales Estrada ©
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